“Caronte conduciendo a las sombras”. Pierre Subleyras -

Este lienzo de Caronte es una de sus obras más neoclásicas. En la mitología clásica, Caronte era el barquero encargado de trasportar las almas de los difuntos al Hades, previo pago de una moneda. Aunque en realidad, aquí el tema importa poco, es una simple excusa para poder pintar un desnudo masculino de corte clasicista. El artista prescinde de elementos anecdóticos que puedan distraernos de lo verdaderamente importante: el cuerpazo de este buen mozo.
El fondo oscuro, iluminado ligeramente en la parte inferior por el resplandor del fuego del infierno, hace resaltar la blancura de la piel de Caronte. Las almas apesadumbradas que le rodean están completamente envueltas en sudarios blancos, color que vuelve a remitirnos al tono de piel del protagonista.
Subleyras pinta a Caronte de espaldas, apoyado en el remo de su barca, con el cuerpo en tensión y una de las piernas en escorzo. Al apoyar el peso en un solo pie, la columna queda ligeramente curvada, imitando el famoso contraposto de las esculturas griegas, fuente principal de inspiración de los desnudos neoclásicos. Cuerpos de proporciones ideales, perfectamente depilados, sin un solo lunar o grano que altere la blancura de la piel (de los que no existen, vamos). El cuadro sería bastante insulso si no fuese por algunos detalles simpáticos que humanizan al personaje: la planta del pie llena de polvo, la calva en la nuca de no haberse peinado y el culo enrojecido por estar tanto tiempo sentado remando.
Pregunta final, ¿alguien ha logrado apartar los ojos del trasero de Caronte el tiempo suficiente como para percatarse de que hay un dragón volando en el cielo?

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